Los cinco trabajadores que aún
quedan en la mancomunidad Cuenca Minera, después de que la mitad de la
plantilla de laborales demandara al organismo supramunicipal por impago de sus
nóminas desde noviembre de 2011 y se fueran al paro para cobrar, al menos, el
desempleo, denunciaron ayer el inminente cierre del ente mancomunado el próximo
30 de noviembre.
La
expresidenta del comité de empresa, ya disuelto, Maricarmen Sánchez no dudó de
hacer responsables de esta situación a los políticos que han pasado por la mancomunidad de la que forman parte los
siete municipios de la comarca, Nerva, Minas de Riotinto, El Campillo, Zalamea la Real, Campofrío, La Granada de Riotinto y
Berrocal, a lo largo de sus más de 20 años de existencia.
Sánchez
asegura que, “si desde un principio todos los ayuntamientos hubieran cumplido
con sus respectivas cuotas como socios nada de esto hubiera ocurrido porque las
Escuelas Taller y Talleres de Empleo vienen financiados al 100 por cien y los
diferentes programas de orientación laboral y ayuda a la mujer tienen un alto
porcentaje de subvención, pero han sido incapaces de cumplir con sus
compromisos”.
Mientras,
a la puerta de la mancomunidad se concentraban los cuatro trabajadores que
formaban parte de los programas de Andalucía Orienta y la Unidad de Empleo a la Mujer, UNEM, que se quedaron
sin sus puestos de trabajo el verano pasado, así como varias decenas de alumnos
y monitores de diferentes escuelas taller a los que se les deben alrededor de
200.000 euros de la nómina de noviembre del año pasado.
También
participaron en la concentración varios militantes del Sindicato Andaluz de
Trabajadores, SAT, Cuenca Minera. Algunos de los exalumnos de escuelas taller
afectados por el impago son militantes de este nuevo sindicato, recientemente
implantado en la comarca.
El
detonante de esta nueva concentración, custodiada por un fuerte dispositivo de la Guardia Civil, ha sido el pago
de las mensualidades correspondientes a los meses de agosto, septiembre y
octubre de este año a los trabajadores que aún permanecen en la mancomunidad,
aunque sea tan sólo por unos días.
Para
el portavoz de los extrabajadores, Manuel Cheren, se trata de una inmoralidad e
ilegalidad que no están dispuestos a consentir. “Este no es un acto de protesta
para enfrentarnos a los compañeros que han cobrado, sino contra quienes han
permitido que cobren unos cuantos, estando 200 personas sin cobrar desde
noviembre de 2011. Se trata de un acto en el que exigimos a los representantes
políticos que acaben de una vez por todas con esta situación”, aclara.
Los
extrabajadores de la mancomunidad exigen al presidente del ente, Juan Jesús
Bermejo, la convocatoria de un pleno en el que se diseñe un calendario de pago
digno, y se reparta la deuda pendiente con los trabajadores, superior a los
350.000 euros, entre todos los ayuntamientos que componen el organismo supramunicipal.
También exigen que se respete la legalidad, y por tanto el orden de pago de las
nóminas según la antigüedad de las mismas, y que la deuda con los trabajadores
se trate igual que la de la Seguridad
Social.
Por
su parte, el presidente de la mancomunidad Cuenca Minera, Juan Jesús Bermejo,
que reconoce la gran responsabilidad que han tenido todos los alcaldes que han
pasado por este organismo a lo largo de sus más de veinte años de historia sin
tomarse realmente en serio el pago de las cuotas correspondientes como socios,
asegura que a partir del mes próximo mes dedicarán todos sus esfuerzos a pagar
la deuda que tienen contraía con los extrabajadores, proveedores y entidades
financieras. “Hemos pagado los tres últimos meses a los trabajadores que quedaba
porque no tenían ningún tipo de ingresos desde hace un año, mientras que los
compañeros que nos dejaron el verano pasado si están cobrando el paro”, aclara.
Para
saldar la deuda, Bermejo exige a los alcaldes de la Cuenca Minera que cumplan con
los compromisos adquiridos en las últimas reuniones, incluidos los
Ayuntamientos de El Campillo y Minas de Riotinto que, según afirma el
presidente de la mancomunidad, dejaron de pagar sus correspondientes cuotas
porque no veían ninguna salida a la situación que se estaba dando. “Pero ahora,
entre todos, sin excepción, tendremos que pagar lo que se debe”, exige.
A
partir del próximo uno de diciembre, la mancomunidad Cuenca Minera, que nació
en 1990 para gestionar el servicio mancomunado de aguas y basuras, pero que
poco a poco fue tomando competencias en materia de formación y empleo,
permanecerá en estado de standby, con un sólo funcionario en sus inmensas
dependencias ubicadas en la antigua dirección de Riotinto, y a la espera de una
decisión final que permita la disolución oficial del ente.
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