En torno a
una treintena de aficionados al senderismo de Nerva, y al deporte en general,
disfrutaron el pasado domingo de una actividad muy saludable, una ruta de senderismo
de unos 15 kilómetros
de longitud hasta la torreta de control forestal ubicada en plena Sierra del
Padre Caro, al norte de la localidad minera.
Según nos
informa nuestro compañero Francisco Javier Campos a través de esta crónica, la
salida se produjo hacia las 9 de la mañana desde las puertas del ayuntamiento
de Nerva, donde se procedió a las inscripciones de última hora.
El día se
presentó con un fuerte viento reinante que dificultaba un poco la actividad y
hacía que el ambiente fuera aun más gélido del que en realidad marcaban las temperaturas. Fue
el único punto en contra, el viento, ya que por lo demás y tras las lluvias de
días anteriores, lució un sol maravilloso que acompañaba a todos los
senderistas.
Participaron
personas de todas las edades y en nadie vimos ningún gesto de no poder
continuar o de cansancio. Al contrario, todos hicieron el camino prácticamente
de tirón, salvo pequeñas paradas para tomar algún refrigerio o fruta.
Esta nueva
actividad se enmarca también dentro del
programa de actividades deportivas municipales. Se pretende hacer con una periodicidad
de un mes una serie de recorridos con salidas que de manera parcial o total
recorran parajes del término municipal.
Esta idea
está llamada a ser un éxito, pues los organizadores tienen claro que a medida
que la gente se vaya enterando de estas primeras salidas se incrementará el
número de participantes, sobre todo si el tiempo también respeta.
Hasta
llegar a la torreta, los senderistas pasaron por unos parajes únicos, algunos
de ellos con esa unión ancestral de naturaleza y mina que sólo se da por estos
lares. Al llegar arriba, y por mucho que antes lo hayamos visto, siempre
cautivan las impresionantes vistas que se divisan desde el lugar donde está
enclavada esa torreta vigía que sirve para detectar incendios, entre otras
cuestiones de seguridad.
Desde allí
se puede apreciar un paisaje inmenso que hace sentir que estamos en otra
dimensión. Se puede ver Nerva y Riotinto, al frente, así como otros pueblos de la Sierra como Higuera, Zufre,
por el otro margen.
Allí, en
un cabezo que resguardaba un poco del fortísimo viento, los participantes
repusieron fuerzas con bocadillos, frutas y bebidas para emprender el camino de
vuelta tras descansar un rato y hacer la foto de familia.
Esta
afición al senderismo está siempre muy presente entre los nervenses, que cada
día llenan las pistas de atletismo para hacer algo de ejercicio o se marcan
rutas como el camino hasta Peña del Hierro, la ribera del jarrama u otros caminos.
Con las fuerzas
restablecidas tras ingerir lo necesario, todos iniciaron un camino de vuelta
que sería más fácil, pues a diferencia
de la ida todo era cuesta abajo.
Al final
todos coincidieron en que esta experiencia hay que repetirla con más asiduidad
y recorriendo otros lugares emblemáticos de nuestro entorno, ya que esta
actividad da cabida a muchas personas que han hecho una auténtica filosofía de
vida del sano ejercicio de andar.
El hacer
estas rutas de senderismo que son disfrutadas por un importante número de
personas posibilita que los aficionados a esta práctica no sólo hagan deporte
sino que también compartan jornadas de convivencia que estrechan importantes
vínculos. Esta ha sido la primera de las rutas y muchos ya preguntan cuando
será la próxima.
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